domingo, 8 de noviembre de 2015

¿Por qué Refugiarnos?


La función principal que tiene un refugio es el de protegernos de los peligros que puedan surgir en la naturaleza y de sus inclemencias, bien sea lluvia, viento, nieve o el propio Sol o nos puede proteger de los ataques de ciertos animales en su medio natural. 
Por otra parte, un calor extremo puede producir un síncope o quizás un golpe de calor; por el contrario, el exceso de frío nos puede producir alguna hipotermia y/o congelaciones. 
En las zonas pantanosas es posible que los mosquitos nos produzcan bastantes picaduras y si nos mojamos mientras dormimos podemos padecer una pulmonía, aparte de la incomodidad por las ropas húmedas, la falta de descanso y el golpe contra la moral que nos derrumbaría y en cierto modo nos hundiría.
El refugio bien hecho, además de protegernos de todo lo anterior, proporciona cierta comodidad, seguridad y nos refuerza de manera psicológica. 
Lo que construyamos para refugiarnos dependerá de nuestras necesidades del momento, del tiempo que vamos a permanecer en ese lugar y de las herramientas que dispongamos. Tendríamos que incluir siempre en nuestro equipo: una buena navaja táctica, un cuchillo para bushcraft y un tarp, un poncho o una lona de rafia de 2x2 metros, más o menos, que ocupan poco, son ligeros y nos proporciona un techo impermeable, además de algunos metros de cuerda, cordón o hilo resistente para afirmar la cubierta que realicemos. Si no nos importa el peso, también podemos incluir un hacha pequeña o un machete o bien una sierra plegable.
Estableciendo el lugar del refugio
El campamento o la zona de refugio, lo debemos establecer, dentro de lo que nos sea posible, en una zona seca, que este situada en una protuberancia, no en la zona más baja de los alrededores. En un pie de monte por ejemplo no nos acomodaremos,  puesto que de esa manera evitaremos el agua que escurra por la ladera y pueda causar una inundación en la zona de acampada. Al estar en un lugar con cierta altura, tendremos una perspectiva mejor de la zona en la que nos encontramos, para situarnos y orientarnos.  
Este lugar ha de quedar lejos de pantanos, ciénagas, de aguas estancadas en definitiva, pero no alejado de algún manantial, fuente o río, que nos servirá de reserva de agua. Con estas precauciones, alejamos la molestia de mosquitos y otros habitantes de sitios húmedos. 
Tenemos que observar los vientos predominantes del lugar donde nos encontremos, para que nuestro campamento quede al abrigo de los mismos. 
Procuraremos evitar las zonas cercanas a las laderas, como ya hemos dicho, pues suponen un riesgo en caso de lluvia, también los cauces de ríos secos, ya que en cuestión de minutos o de horas pueden traer gran cantidad de agua y podríamos ser arrastrados por la riadas, sin que hayamos advertido la lluvia, puesto que podría haber llovido a una distancia considerable de nuestra posición.
También es muy importante el observar los alrededores para que, una vez terminada nuestra construcción, no tengamos un hormiguero o un avispero cerca del lugar donde vayamos a dormir o a reposar
En caso de hacer fuego, lo situaremos a una distancia prudencial, para que las llamas no alcancen el lugar donde vayamos a dormir, pero que nos caliente lo suficiente. El humo, nos va a servir para que mantengamos alejados a los mosquitos, aunque las llamas y más su calor pueden atraer a otros visitantes que no quisiéramos recibir.
Otro consejo: si nos encontramos en una zona desértica, hay que aprovecharse de todos los accidentes naturales que puedan proporcionarnos sombra, intentaremos buscar una cueva, revisando previamente su interior por si estuviera ya ocupada por animales de diferentes especies, peligrosas o no. También podríamos usar construcciones abandonadas por nativos, si las hallásemos. Lo principal es poder contar con algo de sombra, ya que esta nos haría más fácil nuestra supervivencia. En selvas, bosques, etc., no tendremos ese problema. 
Es importante tener en cuenta un buen aislamiento del suelo: un colchón de hojas puede tener doble utilidad al aislar y mantener el calor, además de servirnos para dormir mas blando, cómodos y suave.
Tipos de refugios
Vehículo 
Es posible que suframos un accidente con el vehículo en el que viajemos, ya sea un coche, furgoneta, SUV, camión, autobús o avión/avioneta, y de esta manera se nos presente un desafío para sobrevivir.
La carrocería del vehículo podría estar habitable, y se podría transformar en un buen refugio. En el caso de que no nos pudiese servir por los daños sufridos, tendremos que mirar que materiales nos serán útiles. Si llevamos algún periódico, los usaremos para tapar las ventanas, si se hubieran roto los cristales, puesto que son unos excelentes aislantes y nos protegerán del frío exterior. Para hacer fuego y no tenemos ningún encendedor ni fósforos, empaparemos un retal de tela, algún papel, la goma-espuma de los asientos  o cualquier otro material con gasolina y haciendo chispas con los bornes de la batería conseguiríamos encender una llama. Al añadir al fuego el aceite de motor y parte de los neumáticos, obtendremos un humo negro que servirá para señalizar nuestra posición a los equipos de rescate.
Refugios naturales
Estos son refugios que nos brinda la naturaleza y cuya construcción requiere poco o ningún esfuerzo por nuestra parte. Aprovecharemos las hendiduras y oquedades de rocas, cuevas, formaciones del terreno y de la vegetación. El hueco en una pared rocosa que nos puede proteger de la lluvia y el viento y si además nos ofrece el no correr ninguno de los riesgos por desprendimientos es lo mejor. Sólo tendremos que recoger algo de vegetación y preocuparnos de construir un lecho seco y cómodo con lo recolectado.
Refugios improvisados
Son los que construimos con los materiales que encontramos en la naturaleza o bien que podamos llevar en nuestra mochila, de esta manera se nos brinda varias opciones de refugios.
Refugio con tarp, poncho o lona de rafia.
Si disponemos de una lona de rafia de plástico, un tarp o un poncho lo suficientemente grande, con todos estos elementos, de forma individual o combinados, es posible improvisar un refugio tensando una cuerda entre dos árboles y colocando la tela como una tienda de campaña clásica. En los extremos envolveremos unas piedras que luego sujetaremos con unas horquillas de madera o las anudaremos y las afirmaremos con cuerdas y piquetas y con unos palos resistentes. Si cavamos una zanja alrededor evitaremos que nos anegue el agua en caso de lluvia o tormenta.
A un agua
El más clásico y conocido de todos los refugios que podemos conocer en cuestión de supervivencia. Utilizaremos un armazón de madera, pero si nos servimos de uno o dos árboles como columnas nos ahorraremos mucho trabajo y esfuerzo y el refugio ganará en solidez y resistencia. En climas templados y fríos emplazaremos delante de este refugio un fuego para calentarnos con un reflector de troncos detrás para aprovechar mejor el calor. Es muy importante que tengamos en cuenta la dirección en la que sopla o puede soplar el viento, si no queremos terminar ahumados o llenos de cenizas. La techumbre la cubriremos de materia vegetal. En algunas zonas tropicales es fácil encontrar grandes hojas con las que construir una cubierta impermeable si las ensamblamos como si fueran tejas. También se puede tejar con trozos de corteza o cañas de bambú cortadas por la mitad. Si estamos en un clima templado, con cubrir de hierba seca y paja, si tenemos acceso a ello y si es lo suficientemente grueso, también nos proporcionara  impermeabilidad y aislamiento.
Refugio con un árbol caído
Cuando nos encontremos con un árbol caído, tendremos que cortar algunas ramas para hacer un hueco en la copa. Será un refugio acogedor y, si el árbol es frondoso, nos protegerá del viento, pero no de las precipitaciones que pudieran caer. Si este árbol estuviera seco, tendríamos que recubrirlo con alguna vegetación para suplir la falta de hojas.
Refugio con soporte de ramas en forma de A
Es otro refugio también bastante conocido y clásico dentro de la supervivencia y del campismo, que ofrece más abrigo y protección que el cobertizo "a un agua". Se construye un armazón de palos que adoptan la forma de la estructura de una tienda de campaña canadiense tradicional o de una A. Debemos cubrirla con una capa de ramas y hojas grandes, si las hubieran, a modo de tejas, y por encima de éstas una capa de hierba, hojarasca, ramas que no perforen las tejas para evitar que el viento nos levante el techo.
Refugio de tronco
Si optamos por esta formula para construir nuestro refugio, sería  apropiado para que pasemos del trance inicial y enseguida nos pongamos a construir otro tipo de cobertizo. Procuraremos pasar un periodo corto de tiempo, puesto que el reposar aquí es bastante incómodo, a no ser que el tronco caído conste  gran diámetro. El refugio básicamente consiste en un sencillo cobertizo que lo construiremos tan solo apoyando una serie de ramas sobre un tronco caído y esta estructura la cubriremos con los materiales que tengamos ya indicados con anterioridad. El problema que presenta este tipo de refugio podrán ser los insectos que viven asociados a este tronco caído, así como la incomodidad para el descanso.
Plataforma con tela mosquitera
Esta recomendado para climas tropicales o bien en los templados en época estival. El refugio si lo construimos de esta manera, conseguiremos que estemos aislados del suelo y también nos protegerá de insectos no deseados.  Si se cubre con un techo, además, nos protegerá de la lluvia. El sitio que usemos para reposar, lo cubriremos con hojas de palmera, en el caso de estar en el trópico u otros materiales en el caso de estar en verano en un bosque.
El lecho
Es lo fundamental de nuestro refugio. Debe de ser blando, seco, horizontal y caliente, en zonas templadas y en el desierto procuraremos que sea fresco. Esto lo conseguiremos escogiendo un buen emplazamiento, deberemos apartarnos de zonas con humedad, retiraremos ramas, elementos y piedras que se encuentren en el suelo, y  nos aislaremos bien de la tierra cubriéndola con hojarasca, plantas, helechos, mantas, ropa, etc.
Refugios en climas extremos
En el desierto
Lo más importante en el desierto es que debemos protegernos del sol y del calor. De otros elementos de los que nos tenemos proteger  son las tormentas de arena y las, bajadas drásticas de las temperaturas durante la noche. En entornos desérticos estas debemos evitar la mayor perdida de agua que podamos.
Es recomendable hacer una trinchera en el suelo para enterrarse y de esta manera minimizaremos las pérdidas de agua y nos protegeremos del sol. Si disponemos de algún tipo de toldo  o tela deberemos cubrirnos con ella. Cuando vayamos a  construir un refugio o desplazarse a cualquier lugar tendremos que hacerlo en las horas en que las temperaturas sean más benignas, es decir, al amanecer o bien al atardecer. 
Para hacer nuestro refugio en un desierto, deberemos excavar una trinchera, puesto que las temperaturas a varios centímetros de la superficie suelen ser inferiores, además esa zanja que realicemos, a ser posible lo cubriremos con una tela, poncho o tarp para que nos proporcione sombra y nos proteja de los rayos solares.
En la nieve
Si el termómetro marca temperaturas bajo cero, el estar refugiados será lo que condicione nuestra supervivencia y el construir un refugio se convertirá en nuestra prioridad principal. Debemos recordar que si sopla viento, la sensación térmica disminuye y empeora la situación en condiciones de bajas temperaturas. Al estar refugiados y protegidos, podremos retener mejor nuestro propio calor corporal y el que podamos obtener por medio de otros medios, como velas, hornillos, fuegos, etc. que podamos usar. Ante todo, necesitamos estar al resguardo de corrientes de aire y que nuestro refugio no sea muy grande. Así pues procuraremos que sea pequeño pero confortable.

Cueva de nieve
En el caso de encontrarnos en una región fria, una oquedad en la nieve será, después del iglú (que ya haremos una entrada de como construirlo), el mejor refugio para zonas frías. Tan solo es necesario tener una pala o algo que nos sirva para excavar como un plato o un palo en forma de escoba en un lugar en el que veamos un montón de nieve acumulada. Tenemos que cavar una cueva no muy grande, con un plataforma para tumbarnos a unos 35-40 centímetros del suelo, a unos 55-60 centímetros haremos otra plataforma, en el caso de que tengamos un infernillo para cocinar, de llevar comida.
Una de las cosas más importante es el realizar un agujero de ventilación en la parte superior y otro en el bloque de hielo o nieve compactada que sirva de puerta. La pala o el elemento que hayamos usado para su construcción, deberemos de mantenerlo en el interior del refugio, en el caso de que por la noche haya caído otra nevada, y la necesitemos salir de él a la mañana siguiente. Con prender una simple vela, de las llamadas de té, o alguna que llevemos, en el interior de este refugio vamos a lograr que la temperatura del interior aumente varios grados y la estancia será un poco más confortable y agradable.
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En siguientes entradas os contaremos como buscar, construir, montar y hacer refugios, con mayores explicaciones, y en profundidad, para no usarlos solo en circunstancias extremas, sino para que nos sirvan también para nuestras salidas a la naturaleza, sin peligros o riesgos añadidos.


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