domingo, 28 de febrero de 2016

Un Elemento Necesario: El Fuego


Si nos encontrásemos en una situación de supervivencia o bien de campismo en alguna zona fría, la vida propia y de las personas que nos puedan estar acompañando, quizás estén dependiendo de la capacidad y elementos que tengamos para iniciar, encender y mantener una hoguera. 
No tenemos que ser extremistas, puesto que es necesario un fuego para secarnos las ropas (en el caso de tenerlas mojadas) y a nosotros mismos, ademas de calentarnos, hacer señales para los equipos de rescate y cocinar, así como para llevar a ebullición el agua que recolectemos para eliminar los posibles gérmenes y parásitos que pueda contener así como los que quizás contengan nuestros alimentos.

Unos elementos imprescindibles que deberíamos llevar siempre en nuestra mochila o bolsa y especialmente si vamos a atravesar alguna zona deshabitada, serian un mechero y/o cerillas en un recipiente impermeable, es importante que llevemos también los rascadores, también seria necesario que las cerillas se mantengan secas cubriendo su cabeza o con esmalte de uñas o bien con parafina. De esta manera si queremos que nuestras posibilidades de sobrevivir aumenten deberemos hacer lo que hemos dicho con anterioridad y así no tendremos que preocuparnos de hacer fuego con medios más o menos improvisados. Es necesario recordar que el fuego se puede convertir en nuestro enemigo muy potente, si no lo podemos controlar. Así pues, sería conveniente tener a nuestra disposición algún medio para apagar o mitigar rápidamente un posible conato de incendio. Un elemento muy útil podría ser un recipiente  lleno de tierra  o  agua, próximo a nosotros para esta eventualidad.

Como preparar, encender y mantener un fuego
Antes de nada debemos decidir donde situaremos la fogata, manteniendo nuestra atención al viento y a la vegetación circundante, prepararemos el lugar mediante la eliminación de ramas, hierbas, etc. Sería una buena idea excavar un hoyo de unos 10 ó 15 cm. y rodearlo con piedras para alojar en él la hoguera. Cuando desmontemos el campamento, procuraremos tapar las cenizas y los restos que puedan quedar con la tierra que hemos sacado, apartaremos las piedras que rodeaban a la hoguera, las pondremos donde las hayamos cogido y procuraremos dejar todo de manera que nadie pueda notar nuestra presencia en el lugar donde habremos montado el campamento. (Esta forma de proceder se tendría que seguir tanto si hacemos fuego como si no lo encendemos).
El material combustible que debemos buscar: principalmente ramas secas de diferentes grosores, las más menudas para encenderlo y las más gruesas para mantenerlo encendido. Por supuesto en zonas arbóreas no será muy difícil encontrar y con tiempo seco. Tendremos en cuenta que las crecidas acumulan ramas en las orillas de los ríos y en ocasiones las convierten en un auténtico filón, además de encontrarlas también en los barrancos secos. 

Normalmente las ramas más bajas de los árboles están, con bastante frecuencia, secas y se rompen con facilidad. Si nos encontrásemos con un tiempo húmedo, entonces deberíamos buscar en las oquedades de los troncos secos, puesto que tal vez nos proporcionaran madera podrida que arde bien, en zonas resguardadas al lado de rocas, caminos, grutas. Si no ha llovido demasiado, quizá logremos madera seca simplemente descortezando las ramas húmedas. Si no, tendremos que coger las ramas gruesas y cortarlas en pedazos longitudinales para aprovechas las astillas secas que obtengamos. Pondremos la madera húmeda a secar cerca del fuego.
Para prender el fuego usaremos al principio leña más fina que dispondremos con ayuda de una roca o un tronco para que el aire circule bien y se inflame rápido. Por encima de la leña fina la iremos añadiendo más gruesa. Si no disponemos de suficiente leña fina podemos hacer astillas la más gruesa con ayuda de nuestro cuchillo. También podemos rodear la hoguera con un pequeño muro de piedra, que servirá para concentrar el calor (reflector), para servir de soporte a los utensilios de cocina, para proteger del viento las llamas y mejorar la seguridad del fuego. Podemos construir el parapeto con troncos en vez de piedra, pero deberemos separarlo unos 80 cm. para evitar que pueda arder.
El tipo de madera influye en su uso, así tenemos para calentarnos: fresno, abeto, manzano, avellano. Todas estas tienen una combustión rápida producen chispas, producen un calor intenso. Lo malo de estas maderas es que se consumen enseguida y dejan ceniza sin rescoldo. No las recomendamos para cocinar. Para esto último tenemos el haya, roble, nogal, etc. Estas maderas duras arden lentamente dejando brasas. Lo cierto es que son ideales para guisar y preparar al fuego diferentes alimentos. Otras maderas que no son muy recomendables para hacer fuego, serian de pino, endrino, bambú, castaño, álamo, etc. No combustionan bien y  ahuman demasiado.
En la base habremos puesto la "yesca", que es el material inflamable que encenderemos. Consistirá en hojarasca, hierba seca, ramitas resinosas de pinos, sus hojas o agujas, su resina. La madera podrida es una buena yesca en tiempo húmedo, pues suele ser fácil arrancar las partes externas de los troncos para alcanzar las zonas interiores secas. Algunos frutos secos, como las nueces, poseen un aceite que les hace inflamables y arden lentamente. Especialmente útil es la corteza de abedul cortada en tiras, pues se inflama rápido, y arde despacio y con buena llama. Se puede, incluso, hacer una antorcha improvisada enrollando una tira de corteza a una vara.
En los lugares donde no hay leña el hombre recurre a otro tipo de combustibles. En los desiertos se queman los excrementos de los camellos; y en las zonas polares, la grasa de las focas y otros animales. En las playas las algas secas también constituyen un combustible excelente.
Iniciar el Fuego
Saber encender fuego sin los elementos habituales (cerillas, mecheros, etc.), es una habilidad que deberíamos practicar por nuestra propia supervivencia. Métodos y útiles existen muchos, pero os vamos a recomendar solo aquellos que hemos probado con cierto éxito. Debemos tener preparada suficiente yesca (hierba seca, hojarasca, etc. bien compactada para que la brasa se pueda propagar con facilidad) y leña fina y seca para no desperdiciar la llama. Suele ser efectivo soplar suavemente cuando aparece el primer brillo del fuego para avivar la llama.
Los métodos para iniciar un fuego pueden ser los siguientes, si contamos con estos elementos y dependiendo de la climatología:
Las lentes: Una lupa o las lentes de una cámara fotográfica, los prismáticos o determinadas gafas son un medio muy efectivo para encender un fuego, pero no nos servirá si no hay sol. Prepara primero una buena yesca que prenda con facilidad y apunta hacia ellas el puntito de luz.
Pedernal y Acero: Es un buen sistema que funciona en cualquier circunstancia. Si no disponemos de pedernal podemos probar con una piedra dura (Hay que probar hasta que encontremos una que desprenda buenas chispas, y entonces guardarla para otras ocasiones). Sostendremos el pedernal cerca de la yesca y lo golpearemos con un trozo de acero, como puede ser la hoja de un cuchillo, tratando de dirigir las chispas a la yesca.
Arco de rodamiento indio: Es un conocido sistema de fricción de aire muy aventurero, pero si no sabemos escoger la madera que vamos a usar lo más probable es que no logremos encender el fuego. Consiste en girar rápidamente una vara con ayuda de un arco sobre otro trozo de madera. Construiremos el arco con una rama flexible y un cordón (de los zapatos, mochila, anorak, etc.).
Si queremos que el método funcione debemos frotar madera blanda contra madera dura. En cualquier sistema de fricción de madera, si obtenemos un polvillo negro, como de carbón, habremos acertado con la madera adecuada, en cambio, si obtenemos un polvo basto y arenoso, desechémosla y busquemos otra.
Cuando empiece a salir humo se añade la yesca bien compactada para que la brasa se propague con facilidad y se sopla con suavidad mientras se continúa frotando para lograr una llama.
Otros métodos: Podemos emplear una batería para hacer chispas uniendo los cables de ambos polos. También, en teoría, es posible fabricar una lente con un pedazo de hielo que labraremos con el cuchillo y terminaremos dando forma con las concavidades de las manos. Aunque si el frío es intenso el riesgo de congelación de nuestras manos puede ser demasiado alto. También es posible usar un objeto cóncavo (el culo de una botella, por ejemplo) para hacer la lente, vertiendo agua sobre él y dejando que se congele. Si hacemos dos, podemos pegarlos con un poco de agua que, si el frío es intenso, se congelará enseguida.
En ocasiones, echar unas gotas de gasolina o alcohol sobre la yesca puede facilitar la inflamación, pero que no se empape completamente. Si se usa gasolina u otro combustible en un recipiente para calentarnos, hay que tener en cuenta que existe un riesgo potencial de accidente. Nunca se debe añadir más combustible hasta que la llama se haya apagado y el recipiente se enfríe.
Fuegos para cocinar: Para cocinar es mejor una hoguera pequeña, que consume menos leña y es fácil de mantener. Siempre es más práctico cocinar sobre las brasas que sobre la llama. Podemos construir un hogar que nos servirá para poner la cazuela haciendo un pequeño fuego entre dos troncos, dos piedras, etc. Si nuestra cazuela tiene un asa como la de los cubos podemos sujetarla sobre el fuego con una "grúa" improvisada con una rama inclinada sujeta entre unas piedras y otra rama que funcionara como "percha". 
Otro truco importante es el cocinar sobre piedras calientes. Para ello, las calentaremos sobre la hoguera y aprovecharemos el calor por ellas retenido para cocinar. Sustituye a una plancha, y por ello podremos asar por contacto directo.
Resumiremos los consejos más importantes de esta entrada en el blog:
1.- Para saber distinguir entre la madera ideal para cocinar, esto es calor duradero y la ideal para dar calor rápido, deberemos recordar que: la madera dura arde lentamente y la blanda mas rápido.
2.- La yesca ha de estar muy seca para que sea efectiva. Si esta húmeda la podemos secar guardándola en algún bolsillo interior, contra el cuerpo.
3.- Un parapeto nos proporcionara refracción del calor hacia donde deseemos y protegerá la hoguera del viento.
4.- El fuego en fosos (agujeros naturales o practicados en el suelo), son más seguros, proporcionan más calor para cocinar, son más discretos, más resguardados del viento y más fáciles de apagar. Para ello, practicaremos el fuego de la misma manera que a nivel del suelo. No es necesaria ninguna maniobra adicional. Quizás abanicar con algún elemento al comienzo del fuego para proporcionar mayor aporte de oxigeno.
5.- Si necesitamos calentar ropa, lo haremos separándola convenientemente, pues corremos el peligro de dañarla con chispas o simplemente quemarla.

Sólo nos queda por decir que el fuego es necesario y que se extreme la vigilancia y las medidas de seguridad cuando lo hagamos, puesto que en muchas épocas del año esta prohibido encender ningún tipo de fuego fuera de los espacios acotados y preparados.

1 comentario:

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